Históricamente se ha demostrado que las decisiones finales de los asuntos políticos de nuestro país recaen definitivamente en las clases altas, cosa que no significa intrínsecamente que solo puedan ser negativas, ya que dentro de éstas podemos encontrar a líderes populares y nacionalistas como Juan Manuel de Rosas o corruptos genocidas como Bartolomé Mitre. Y la verdad es que la etiqueta de "corrupto genocida" puede llegar a tener connotaciones positivas si comparamos a Mitre con la clase alta actual.

Anteriormente, la clase alta decidía y se mantenía al margen del proletariado, viviendo todas sus vidas sin mantener entre sí relaciones directas. Lamentablemente, la existencia de internet permitió a los