Durante el último año, los usuarios de la empresa de comunicación Movistar se vieron afectados por un ataque directo de esta empresa contra sus clientes. Bajo la excusa de que se robaron cables, Movistar dejó de proporcionar servicios telefónicos fijos a aquellos que no tenían instalado el servicio de fibra óptica.

El patético justificativo se le repitió a todos quienes llamaron para quejarse, con todo su derecho. Ningún usuario fue avisado con antelación sobre el cese del servicio ni se les comunicó que la misma multinacional lo corto deliberadamente. Esto es claramente un acto de terrorismo contra los ciudadanos argentinos por parte de esta empresa extranjera, uno que no tuvo trascendencia ni en la prensa y, mucho más importante, tampoco en los juzgados.

Nosotros como ciudadanos comunes debemos preguntarnos, ¿qué hace el gobierno? ¿Qué hace el poder judicial? Están entregando totalmente nuestra soberanía a los extranjeros. Comenzaron incomunicándonos, ya se verá cómo sigue todo. Recuerden que sus ahorros están en bancos extranjeros, sus sueldos se depositan en éstos, sus dispositivos son, en su mayoría, fabricados y mantenidos por sistemas extranjeros. Debemos dejar de ser tan indulgentes y comenzar a reclamar control.